Mittwoch, 11. Juli 2007

Noch ein Bier bitte!

Ay! la cerveza! .. El champán del pueblo que decia aquel. Hace tiempo que no escribo nada para mi propia propaganda. Triste oder? Será corto el post de hoy, no por que no tenga ganas, sinó porque el lúpulo hace mella en mi consciencia y escribir así no es fácil. Y si no leer entre líneas, o sobre ellas o debajo, y vereis que aún no he dicho nada de nada.

Este singular efecto es propio de las cervezas y alcoholes de todos los puntos de la tierra, sin embargo el culto a la cerveza es aquí en Deutschland lo que el culto al jamón serrano en nuestra tierra. Cada ciudad, cada región y en algunos casos cada casa, tienen su propia cerveza. Historia, materiales y conocimiento se unen en la fabricación del líquido dorado. Hasta 100 litros por anio para ser exactos, puede destilar cada germano de a pie.

Nada que ver evidentemente, con las estrellas y la sanmigueles que se beben en nuestros bares. Las cervezas aquí son mucho más sutiles, con más cuerpo como diría mi amigo Ángel. Y lo de cuerpo no es sólo un adjetivo asignado al azar, pues aqui la cerveza se bebe de 0,5 en 0,5, más de lo que un pequenio cuerpo hispano puede procesar. Algunos dicen que la cerveza espaniola tiene más gas, otros que tienen mejor sabor y otros, como yo, que simplemente es peor. Pero lo que no se puede negar, es cuan importante es la cerveza en este país: en la etiqueta de la UR-KROSTRITZER se puede leer: El Rey tal de Suecia, dió en el anio tal su anillo por una lata (recipiente) de ésta cerveza.

Dudo que ningún rey espaniol diera jamás uno de sus anillos por una cerveza espaniola. Si acaso por un buen vino de la Mancha o de un buen jabugo de Extremadura, así que ya sabeis si subís por estos lares, dejad la cultura del café o del güiski-cola en casa y beberos una buena birra de medio, seguro que os dejará tan finos como yo ahora. Agur!